viernes, 30 de enero de 2015





   Ya se fue el sol y todos los niños
     Me derrumbo en la tierra,
     Entre el filo más oscuro del verde
     Se corta mi rostro.

     El olvido es de hierbas y semillas
     Y tiemblo
     Con un manojo de mentiras.

     Todos los colores cambian.
     El ramo de mi mente se dispersa
     En la lumbre.

     Ahora veo el acto de las rocas
     Mi gesto último como un latido.

     Navegamos pesados como el plomo
     En una negrura estruendosa
     
     Pero no me importa
     Porque sólo quiero ver su rostro



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