Ya se fue el sol y todos los niños
Me derrumbo en la tierra,
Entre el filo más oscuro del verde
Se corta mi rostro.
El olvido es de hierbas y semillas
Y tiemblo
Con un manojo de mentiras.
Todos los colores cambian.
El ramo de mi mente se dispersa
En la lumbre.
Ahora veo el acto de las rocas
Mi gesto último como un latido.
Navegamos pesados como el plomo
En una negrura estruendosa
Pero no me importa